19 de marzo de 2024

¿Sabes cómo alargar la vida de los motores?

Qué fácil y sencillo es habitar hoy en día en el que, de momento, es el único planeta conocido en el que los humanos pueden hacerlo. Y que difícil hubo de ser en otro tiempo en el que todo estaba por hacer y descubrir. Han sido mucho los hitos marcados a lo largo de la historia, tantos que se hace imposible enumerarlos todos, si bien, y sin ánimo de despreciar ninguno de ellos, puede mencionarse la imprenta, la electricidad, la penicilina, los motores de combustión interna, o la tan imprescindible hoy para la mayoría, internet. Pero, ¿cuántos de los mortales se han detenido a pensar alguna vez en que hubo un tiempo en que el fuego además de proporcionar calor y permitir el cocinado de los alimentos, era durante las largas noches invernales la única forma de mantener alejada la penumbra? ¿cuántos serían capaces de vivir a día de hoy sin su vehículo o sin emplear o utilizar cualquier aparato o instrumento dotado con un motor de combustión interna? La respuesta es obvia, muy pocos se paran a meditar sobre este particular, lo que hace que la mayoría no comprendan cómo y por qué son necesarios determinados procesos como por ejemplo el rectificado de motores. Pero claro, cómo explicar a alguien que poco o nada sabe sobre motores, cómo trabaja una rectificadora de cigüeñales y por qué es necesario su uso.

Pues bien, el motor de combustión interna, también conocido como motor de explosión o motor a pistón, data del lejano ya siglo XIX. Se trata de una máquina capaz de obtener energía mecánica directamente de la energía química de un combustible que arde dentro de la cámara de combustión. Existen diferentes tipos, siendo los alternativos los más comunes, que atendiendo a su ciclo se clasifican en motores de 2 o de 4 tiempos, dependiendo de si realizan una carreta útil de trabajo en cada giro o cada dos giros, respectivamente. Sus aplicaciones tanto en diésel como en gasolina son muy numerosas, no obstante, destacan fundamentalmente en el ámbito del transporte terrestre, aéreo y marítimo.

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Aclarado el primero de los conceptos, conviene ahora abordar el segundo. El cigüeñal es una pieza fundamental de los motores de combustión interna. Su principal función es transformar el movimiento rectilíneo alternativo en circular uniforme y viceversa, aplicando el principio del mecanismo de biela-manivela. Por norma general se fabrican de aleaciones capaces de soportar los esfuerzos a los que se ven sometidos y son proyectados para una larga vida útil. No obstante, existen diversos factores externos que pueden hacer que su ciclo de vida se vea reducido si no se toman las medidas necesarias a tiempo. Entre estos factores se pueden encontrar la mala lubricación, el exceso de temperatura, las vibraciones o el requerimiento excesivo de revoluciones del motor, entre otras, que causará el desgaste excesivo de las piezas y obligará a acudir a una rectificadora de cigüeñales, garantizando de este modo la precisión que tenía inicialmente y logrando con ello una mejora del rendimiento, un aumento de la vida útil y, por lo tanto, un ahorro de costes.