18 de mayo de 2024

Volar sola alrededor del mundo: Pilota de 19 años busca romper récord

Larissa Schwedes (dpa) – Nada menos que dar la vuelta sola al mundo en un avión ultraligero es la meta de Zara Rutherford, de 19 años. Y se propone hacerlo, más allá de la pandemia, durante los próximos meses. En caso que lo logre, anotará un récord mundial.

Esta joven ya sabe que, tras su despegue el 18 de agosto desde Bélgica, son solamente ella, su avión… y el mundo gigantesco. «En el momento en que despegue me olvido de todo lo demás», afirmó Rutherford a dpa antes de su partida. Y añadió que justamente eso es lo mejor de volar.

Zara prácticamente nació para volar, porque tanto su madre belga como su padre inglés son pilotos. Apenas con pocos meses supo cómo se veía una cabina de avión desde el lado de adentro. A esto le siguieron kilómetros y kilómetros de vuelo. Con apenas 14, la alumna aprendió cómo se conduce un avión y trabajó para obtener su primer licencia de piloto.

Pero ahora su meta es, sencillamente, conseguir un récord mundial. Este se encuentra hasta ahora en manos de la estadounidense Shaesta Waiz, quien a los 30 años dio sola la vuelta al planeta.

En el rubro masculino, la plusmarca fue alcanzada por un joven de 18 años, algo que para Zara también refleja la inequidad entre los géneros.

Zara espera conseguir que más muchachas jóvenes se interesen por las ciencias naturales y la aviación y apoya dos iniciativas sin fines de lucro, «Dreams Soar» y «Girls Who Code», en el marco de su intento de alcanzar el récord.

El proyecto recuerda a la navegante holandesa Laura Dekker, que con apenas 14 años comenzó a navegar sola en torno al mundo. Previamente se habían sucedido extensas disputas legales respecto de si Dekker podía en realidad emprender sola ese viaje.

Zara, quien posee la nacionalidad británica y también la belga, no tiene que hacerse problemas al respecto, en su carácter de mayor de edad.

Incluso como pilota deportiva se encuentra exceptuada de la mayoría de las restricciones de la cuarentena, por lo que incluso la pandemia no pudo detenerla hasta ahora. De todas maneras, se hace los test regulares. «Lo último que quiero es llevar covid alrededor del mundo», afirmó.

Desde Bélgica, Zara irá inicialmente en dirección a su tierra británica, y posteriormente cruzará Islandia hacia Groenlandia, en dirección al oeste.

En las escalas se quedará en casa de personas conocidas o que le brindan apoyo de todo el mundo. Tiene previsto el arribo de regreso a Bélgica unos tres meses después, el 4 de noviembre.

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Puede que dure más o menos. Pero Zara cuenta con tiempo para tomarse un año sabático tras la escuela. Según relató poco antes de emprender su periplo, a lo que más le tiene respeto esta pilota es a «lo inesperado», pero también lo que más la alegra.

Zara preparó su viaje lo más meticulosamente posible. Incluso cuando no planifique todo, su aventura debe ser «lo más segura posible», para cuando se produzcan condiciones meteorológicas adversas o dificultades técnicas provoquen turbulencias.

De hecho, la partida en su avión ultraliviano -poco antes de las 10 de la mañana del 18 de agosto- desde la pista del Aeropuerto Internacional Kortrijk-Wevelgem sufrió media hora de demora a causa de las condiciones meteorológicas.

Ya semanas antes de partir realizó laboriosos entrenamientos de seguridad. El avión ultraliviano con el que Zara busca dar la vuelta al mundo pertenece a la serie «Shark» y, según los datos porporcionados por los fabricantes, se cuenta entre los más veloces del mundo.

Zara financia su viaje con la ayuda de patrocinadores y ahorros. Para ello, sacrificó incluso su propio auto y lo vendió.

Mientras que muchos integrantes de la generación de Zara se involucran en movimientos ambientalistas y algunos directamente boicotean completamente los vuelos, Zara siente atracción por el aire.

Sin embargo, el concepto de «vergüenza de volar» no es tampoco una palabra que le resulte extraña a la joven pilota. En compensación por las emisiones de su viaje, hará plantar árboles por varios cientos de euros.

«No quiero decir que ayudo al clima», afirma. «Pero intento reducir lo máximo posible mi huella ecológica». Además, aclara que su avión ultraliviano produce las mismas emisiones para dar la vuelta completa al globo que un avión de pasajeros en diez minutos.

Zara se muestra confiada que, en un par de años, será posible emprender un viaje semejante con un avión a propulsión eléctrica.

¿Y qué se propone hacer después de dar la vuelta al mundo? Las ambiciones de Zara ya iban mucho más allá incluso antes el despegue… rumbo al espacio.

Después de su aventura, la belga quiere estudiar ciencias de la computación e ingeniería electrónica, con la meta de convertirse en astronauta.