El ruido del tráfico eleva el riesgo de hipertensión
– Según un estudio a más de 240.000 personas en Reino Unido
MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
Un nuevo estudio señala que vivir cerca de una carretera muy transitada con sonidos constantes de motores, bocinas y sirenas se asocia con un mayor riesgo de hipertensión, por lo conviene poner en marcha medidas de salid pública para reducir la exposición al ruido y un aumento de la presión arterial.
El estudio, realizado por siete investigadores de instituciones de China o Reino Unido, aparece publicado en la revista ‘JACC: Advances’.
Estudios anteriores han demostrado una conexión entre el tráfico rodado ruidoso y un mayor riesgo de hipertensión. Sin embargo, faltaba evidencia sólida y no estaba claro si el ruido o la contaminación del aire desempeñan un papel más importante.
La nueva investigación muestra que es la propia exposición al ruido del tráfico lo que puede elevar el riesgo de hipertensión.
«Nos sorprendió un poco que la asociación entre el ruido del tráfico rodado y la hipertensión fuera sólida incluso después de ajustar la contaminación del aire», indica Jing Huang, profesor asistente en el Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental y Ocupacional de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Pekín (China) y autor principal del estudio.
Los estudios previos sobre el tema fueron transversales, lo que significa que mostraron que el ruido del tráfico y la hipertensión estaban relacionados, pero no lograron mostrar una relación causal. Para el nuevo artículo, los investigadores realizaron un trabajo prospectivo utilizando datos del Biobanco del Reino Unido con los que analizaron los resultados de salud a lo largo del tiempo.
Los autores examinaron datos de más de 240.000 personas de 40 a 69 años que comenzaron sin hipertensión. Estimaron el ruido del tráfico rodado en función de la dirección residencial y el Método Común de Evaluación del Ruido, una herramienta europea de modelización.
Usando datos de seguimiento durante una mediana de 8,1 años, observaron cuántas personas desarrollaron hipertensión. No solo descubrieron que las que vivían cerca del ruido del tráfico rodado tenían más probabilidades de desarrollar hipertensión, sino que también encontraron que este riesgo aumentaba en función de la intensidad acústica.
Estas asociaciones se mantuvieron incluso cuando los investigadores ajustaron la exposición a partículas finas y dióxido de nitrógeno. Sin embargo, las personas que tenían una alta exposición tanto al ruido del tráfico como a la contaminación del aire tenían el mayor riesgo de hipertensión, lo que demuestra que también influye la contaminación del aire.
«Hasta la fecha, este es el primer estudio prospectivo de gran tamaño que aborda directamente el efecto del ruido del tráfico en la incidencia de hipertensión recién diagnosticada», recalca Jiandong Zhang, becario de enfermedades cardiovasculares en la división de cardiología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) y autor del comentario editorial adjunto.